*Por la Dra. Gloria Arango. 

Hace 100 años nació la neurociencia de la mano del gran científico
español Santiago Ramón y Cajal, sus contribuciones a la humanidad lo
hicieron merecedor del Premio Nobel en 1906
por sus aportes al
conocimiento de la estructura del sistema nervioso. 

El tránsito del estudio de la estructura del sistema nervioso al mundo
pedagógico se da en 1988, cuando el profesor Gerhard Preiss propone
la creación de una nueva ciencia llamada neurodidáctica basada en el
conocimiento que, hasta ese momento, se tenía del cerebro, a esta línea
de búsqueda se unieron grandes neurólogos, entre ellos el médico
Francisco Mora
quien realizó, en compañía de otros científicos, el
gran salto del cerebro en
abstracto al cerebro en la educación y el aprendizaje cuando en 2004 publico
su libro
‘Cómo funciona el cerebro’ y posteriormente, abrazado por la magia
del cerebro en la educación en año 2013 publica ‘Neuroeducación:
solo se puede aprender aquello se ama’
nace entonces, la neuroeducación,
que es el reto más importante que tenemos quienes transitamos por los caminos
de la educación, de la enseñanza y del aprendizaje, emprender ese camino de héroes
nos conducirá a cruzar el umbral de la esperanza en la educación y con ello
potencializar al ser humano, recrear el conocimiento en el ser humano.

Y para que ello sea posible no es necesario ser neuro científico, en mi condición
de abogada-maestra he logrado establecer un diálogo comprensivo con estas
ciencias llamadas: neurociencia y neuroeducación y al hacer consciente nuestro
papel histórico lograremos darle al cerebro el lugar que se merece en los
escenarios de enseñanza-aprendizaje. 

Tradicionalmente, en la educación se dio más fuerza al diseño de estrategias
y metodologías estandarizadas y no al órgano central de nuestros aprendizajes: el cerebro.

Llegó la hora en que los maestros del mundo transitemos sin miedo y alegremente
hacia el territorio del cerebro, hacia el centro neural donde ocurre la magia,
lugar maravilloso que se encuentra rodeado por una membrana que si la
extendemos mide un metro cuadrado. 

En la corteza cerebral se encuentra la magia de lo que diferencia
a los animales de los seres humanos; es decir, allí se halla lo que
nos hace ser seres humano únicos, con capacidades como la imaginación,
la abstracción y el lenguaje. Este órgano maravilloso que pesa 1400 gramos,
del que se sabe muy poco, que posee una plasticidad que produce
nuevas conexiones 
y con ello nuevos aprendizajes a lo largo de la vida.

El cerebro no es un órgano más del cuerpo, es el órgano que genera
la mente humana, toda actividad sale del cerebro, nuestras neuronas,
86.000.000, organizan los pensamientos, propician las emociones y nos
ayudan en la toma de decisiones, esta máquina maravillosa muestra lo
que somos como seres humanos y como dice el maestro neuro-educador
Francisco Mora, lo que se llama ser humano está originado en el cerebro,
por lo tanto, como dice el biólogo español Javier de Felipe
conociendo el
cerebro nos conocemos nosotros mismos.

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1 Premio compartido con el científico Camillo Golgi.
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Doctor en neurociencia catedrático de Fisiología Humana y actualmente imparte docencia en la Universidad Complutense de Madrid. Es miembro del Wolfson College de la Universidad de Oxford.
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Científico español, biólogo investigador y especialista en el estudio anatómico del cerebro humano.