El Punto Es… poner el punto final. *Por Eduardo Carreón Muñoz.

Es absurdo tener alumnos del siglo XXI con docentes del siglo XX.

El periodista y académico uruguayo Leonardo Haberkorn renunció a seguir dando clases en la carrera de Comunicación en la universidad ORT de Montevideo, mediante esta carta que ha conmovido al mundo de la Educación:

«Después de muchos, muchos años, hoy di clase en la universidad por última vez. Me cansé de pelear contra los celulares, contra WhatsApp y Facebook. Me ganaron. Me rindo. Tiro la toalla. Me cansé de estar hablando de asuntos que a mí me apasionan ante muchachos que no pueden despegar la vista de un teléfono que no cesa de recibir selfies. Claro, es cierto, no todos son así. Pero cada vez son más. Hasta hace tres o cuatro años la exhortación a dejar el teléfono de lado durante 90 minutos -aunque solo fuera para no ser maleducados- todavía tenía algún efecto»

«Ya no. Puede ser que sea yo, que me haya desgastado demasiado en el combate. O que esté haciendo algo mal»

«Pero hay algo cierto: muchos de estos chicos no tienen conciencia de lo ofensivo e hiriente que es lo que hacen. Además, cada vez es más difícil explicar cómo funciona el periodismo ante gente que no lo consume ni le ve sentido a estar informado.Y lo malo termina siendo aprobado como mediocre; lo mediocre pasa por bueno; y lo bueno, las pocas veces que llega, se celebra como si fuera brillante. No quiero ser parte de ese círculo perverso. Nunca fui así y no lo seré. Lo que hago, siempre me gustó hacerlo bien. Lo mejor posible. Y no soporto el desinterés ante cada pregunta que hago y se contesta con el silencio. Silencio. Silencio. Silencio.

«Ellos querían que terminara la clase, yo también.”

Leonardo.

Entonces es importante preguntarnos bajo estas recurrentes circunstancias,
¿qué sigue para el proceso educativo?, ¿cuál es el papel de la práctica docente?

La historia de Leonardo es la historia colectiva de gran parte de la población académica y docente en el mundo.
En su carta queda el testimonio de que el mundo ha cambiado de tal manera, que es no solo urgente, sino necesario, ponerle punto final al sistema caduco de procesos de enseñanza – aprendizaje; error creer que el Maestro es quien comparte el conocimiento; hoy el conocimiento puro, está en el móvil, en la PC o en la Tablet, está puesto al alcance de nuestras manos.

Y, entonces ¿cuál es el papel del docente?, respuesta simple: acompañar el conocimiento, ser multidisciplinario, apostarle a todas las herramientas digitales y de inteligencia artificial que están a nuestro alcance; tener habilidades en el campo del neuroprendizaje y gestión de las emociones, así como personalidad en liderazgo organizacional y filosofía.

El docente tiene la oportunidad histórica de ponerle punto final al pasado y hacer una apuesta clara al presente social que nos está tocando vivir.

Mucho hay que agradecer a los docentes y maestros pre pandemia, porque su vocación contribuyó al fortalecimiento del proceso educativo, pero ya no, por ello, el reto es tremendo, porque con la COVID-19, se nos ha puesto la oportunidad histórica de hacerlo distinto.

Si el mundo cambió, y somos parte de él; entonces ya sabemos que hay que hacer.

El punto es… aquí y ahora.

Gracias Padre.

Eduardo Carreón Muñoz.
Headmaster Rector de Inteligencia EDUCA y CEVER Siglo XXI, escritor, docente universitario y firmante del Global Compact de Naciones Unidas.

 

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